Con referencia al paseo herbal para la identificación y recolección de hierbas silvestres, en LA ALKIMILA nos reunimos periódicamente en SENTADAS HERBALES con la criatura vegetal que da nombre y forma a esta proyecto, Alquimila. Las sentadas se centran en la descaceleración del acercamiento a las plantas como seres vivos y con los que compartimos hábitats, procesos bioquímicos e historias. En este sentido, las sentadas herbales también te pueden servir de inspiración para el encuentro con otras plantas y si no tienes la posibiliad de visitar a Alquimila en su hábitat o tomar uno de los muchos remedios que se preparan a base de esta planta.
Los encuentros hacen eco de la sentada como «acción de permanecer sentado en el suelo un grupo de personas por un largo período de tiempo, con objeto de manifestar una protesta o apoyar una causa». Acomodándonos en el suelo, la silla o la cama, nos sentamos alrededor de «la pequeña alquimista» a través de la pantalla.
Durante aproximadamente 2 horas, y con diferentes temas en cada sentada, vamos conociendo a Alchemilla vulgaris desde la fitomedicina, a través de la práctica de las signaturas, la conexión con elementos, plantas, mitologías y transformando conceptos herbales como astringente de términos técnicos a experiencias somáticas.
En este blog he juntado todas las publicaciones que se hicieron en Instagram en preparación para la sentada herbal de octubre de 2023, donde seguimos a Alquimila al inframundo en el espíritu de la temporada temática Hasta las raíces {narices}, convertida también en un programa autoguiado.
Más allá de su sabiduría sobre el anclaje y la nutrición, aquí las raíces nos proporcionan una comprensión más profunda de las aguas de Alchemilla; aguas relacionadas con el proceso de gutación, la alquimia y el viaje al inframundo de Freya, deidad de la mitología nórdica. Conectando raíces y fuerzas cósmicas, Alquimila nos llevó a historias de sexo, género y sexualidad, a cuerpos físicos, mentales, espirituales y emocionales, a la magia protectora y los movimientos de nuestras propias aguas. Las raíces no son la única parte de Alquimila que crece bajo tierra: el rizoma nos espera con su propia narrativa sobre la reproducción, las medicinas afrodisíacas y la definición de qué es una planta. Alquimila crece en comunidad y con ella nuestra labor de queerizar la botánica para encaminar una herbolaria no binaria, que respeta y actualiza las sabidurías antiguas y modernas.
¿Qué significa sintonizar con una planta y cómo se hace a través de la pantalla?
fue una de las preguntas que nos acompañaron durante la última sentada herbal, convertida en CÁPSULA AUTOGUIADA para el programa de Hasta las raíces {narices}.
Me gusta pensar en la sintonización como una práctica que combina intención y apertura: confía en la intuición, enfatiza la percepción sensorial y pone el compromiso relacional en la base del encuentro con las plantas.No siempre resulta fácil, sobre todo si no estamos acostumbradas a producir este tipo de conocimiento. Sintonizar con una planta cambia nuestra actitud hacia ella: resistimos el impulso de preguntar inmediatamente sobre su utilidad, la observamos, escuchamos sus historias y nos ubicamos en un contexto compartido más amplio, evolutivo, ecológico, bioquímico, narrativo…
Durante la sentada incluimos la preparación somática en sintonizarnos con Alchemilla vulgaris, así como el aprendiziaje vivencial de conceptos de herbolaria (en esta ocasión, la astringencia) y la práctica de las signaturas con la intención de leer e interpretar el lenguaje de las formas para llegar a posibles usos y “propiedades medicinales” dela planta. Debido al formato online, sobre todo afinamos nuestra mirada, enfatizando que la signatura de una planta nunca es una verdad objetiva. A ver qué te transmiten sus partes aéreas y subterráneas, y luego vemos cómo nuestra mirada afirma, actualiza y queeriza las descripciones y usos más comunes de Alquimila.
A lo largo del encuentro fuimos enriqueciendo nuestras miradas con diferentes narrativas en relación con los elementos, conexiones planetarias y estaciones del año. Según el zodíaco, cuando nos sentamos alrededor de Alquimila en octubre, lo hicimos bajo el signo de Escorpio, que conecta el elemento agua al otoño en una narrativa astrológica creada desde el hemisferio norte. ¿Dónde encuentra lugar la Alquimila en esta narrativa? ¿Y qué otras perspectivas posibilita el hecho de que nos conectamos a LA ALKIMILA habitando diferentes estaciones y rincones del planeta?
Según la narrativa astroecológica del hemisferio norte, el signo de Escorpio nos lleva a las aguas profundas de la tierra. La luz retrocede y se presenta la muerte como parte necesaria del ciclo vital. La vida vegetal se retira y se recolectan las raíces en las que ahora se concentra su medicina. Entre los procesos emocionales de Escorpio se nombran el resentimiento, la introspección y la autoprotección, viajes interiores y encuentros en el inframundo llenan los viejos y nuevos mitos de esta época.
En medio de todo, Alquimila (conocida también como Pie de león y Manto de la dama) inclina sus hojas descoloridas hacia el suelo para proteger su vida subterránea de la temporada fria. Desde la perspectiva fitomedicinal es inusual situar a Alquimila en esta estación del año, porque es la hierba en flor que se recolecta en primavera/verano, con la que se elaboran tinturas, infusiones y esencias florales, y en la que se basan las descripciones de la fitoquímica y la signatura de «la pequeña alquimista».
Pero eso no siempre fue así: el folklore y los herbarios antiguos conocen sus raíces y rziomas, recuerdan historias que sacuden las ideas sobre la «raíz virgen» y los usos afrodisíacos poco conocidos de Alquimila que no limitan el Manto de la dama a la sexualidad femenina. Quizás, el «lady» del Lady’s Mantle es más divina que humana, una referencia a deidades no binarias más que al uso limitado de la hierba a «la mujer» moderna. Junto a los mitos de Afrodita y Freya, Alquimila nos invita a adentrarnos en aguas profundas y bajar hasta las raíces para desarrollar otra comprensión de sus partes aéreas, reconociendo en sus gotas la conexión entre cielo y tierra, cuerpo y territorio, ciencia y mitología. Considerando desde la raíz la adaptación de Alquimila a los cambios internos y externos, profundizamos la comprensión de su energética tonificante, el sabor astringente, las acciones protectoras, su afinidad con los órganos pélvicos y sus efectos sobre las aguas del organismo humano.
Elemento: agua
Asignación de planetas: Luna y Venus
Pero ¿qué significa eso? En la imagen he recopilado algunas de las atribuciones que se repiten en las presentaciones de Alquimila. Rápidamente se establece una conexión entre agua, Luna y ciclo menstrual, entre Venus, la familia de las Rosáceas y la ternura. En pocas líneas, todo esto deviene una expresión de la feminidad y «la pequeña alquimista» una planta para «la mujer» en todas las fases de su vida. No en vano se la conoce como Lady’s Mantle, que es el manto de la mujer, ¿o no?
Las instituciones oficiales de la fitoterapia científica lo contradicen: no hay evidencia de la acción hormonal, dudan en confirmar los efectos físicos de Alchemilla sobre la menstruación y el embarazo, ni que tonifica los tejidos conectivos o proporciona protección emocional al integrar un trauma. Sí, recomiendan el Manto de la dama para la diarrea leve, independientemente del sexogénero y con énfasis en la astringencia.
Con el sabor astringente empieza la CÁPSULA AUTOGUIADA Queerizar la herbolaria: con Alquimila al inframundo. Si no puedes o quieres conseguir hierba de Alquimila, un té verde/negro también funcionará para el aprendizaje vivencial del sabor-acción de la astringencia. De ahí pasamos a la práctica de las signaturas: contemplamos diferentes expresiones de Alquimila en busca de situar sus virtudes en el lugar. Las plantas no producen sus metabolitos secundarios para nosotras, se adaptan al hábitat. Lo fascinante es que son compatibles con nuestras células.
Y nuestras células no solo recuerdan la coevolución vegetal-humana. También se ha inscrito en nuestros cuerpos la cosmovisión binaria impuesta, que nuestras vivencias y miradas reflejan sin siquiera darnos cuenta. Al mismo tiempo, nos hemos acostumbrado a buscar soluciones rápidas, centrando la utilidad (aparentemente universal) de una planta en lugar de preguntar “¿Quién eres?”, olvidando la diversidad de constituciones corporales y presentando plan(e)tas como si hubiera una verdad objetiva, sin escarbar la tierra de la que brotan estas narrativas.
Contextualizar la astroherbolaria alquimílica conduce rápidamente a las mitologías griega y romana, donde Venus es considerada la contraparte de Afrodita y Afrodita no siempre fue una diosa femenina del amor (en el sentido que se le suele atribuir hoy en día). He leído que Manto de Venus es uno de los apodos para la Alquimila, imagino que se escucha más al sur. Aquí en el norte, el Manto de la dama conecta con Freya, deidad con la que el sábado nos sumergimos en las aguas (in)visibles que dan a Alquimila su signatura lunar. Y la Luna viene con una identidad fluida: su devenir en constante transformación nos puede ayudar a formular nuevas preguntas sobre la relación entre Alquimila y ciclicidad, tónicos vegetales y hormonas, afrodisíacos y masculinidad,cuerpos menstruantes y trauma, raíces y hojas etc. Por último, ¿qué significado tuvieron estos términos y plan(e)tas para la alquimia de la que Alchemilla vulgaris obtuvo su nombre? ¿Y en qué sentido la propia Alquimila es la alquimista?
La invitación a sintonizar con plan(e)tas no siempre viene con respuestas claras, porque no nos limitamos a repetir las interpretaciones que otras hacen de Luna, Venus y Alquimila, de órganos así llamados reproductores y tejidos conectivos, de características como la ternura, de mitos y prácticas médico-mágicas. Nos sentamos alrededor de Alquimila con curiosidad por la diversidad de sus mensajes y medicinas, la multiplicidad de nuestras miradas y las nuevas posibilidades que de ellas se derivan para la herbolaria.
Poco a poco, la noche se hace día en el patio virtual de LA ALKIMILA, independientemente de la hora a la que tomarás la CÁPSULA AUTOGUIADA.
En directo hicimos la sentada herbal con Alquimila el día de Luna llena. No fue buscado, sino parte de esa sintonización con las plantas que comienza mucho antes de tomarlas. Desde diferentes rincones del planeta nos sentamos alrededor de un grupo de Alquimila en la pantalla.
Venus brilla en el cielo matutino, lucero del albar. Al mirar más de cerca, vemos el reflejo de la luz en las pequeñas gotas de agua sobre el follaje verde, fluyendo hacia el centro donde se unen y son abrazadas por la hoja-cáliz.
Intentamos olvidar por un momento lo que creemos saber sobre este fenómeno, para mirar las aguas de Alquimila con curiosidad. ¿Qué ves? La mirada nunca es desencuerpada, ni siquierea cuando nos conectamos con compañeras vegetales y humanas a través de la pantalla. ¿Qué sensaciones, emociones, pensamientos surgen de tu mirada? ¿Y cómo cambian al compartirlos con el grupo?
Una amplia variedad de narrativas dan testimonio de que las aguas de Alquimila siempre han fascinado a les observadores humanes. De la mitología antigua pasando por la alquimia hasta la ciencia botánica moderna se han encontrado diferentes nombres e interpretaciones para las gotitas en sus hojas: gotas del cielo, lágrimas de Freya (y de los ángeles), rocío, gutación… Lo que nos interesa para nuestra intención de queerizar la herbolaria es su combinación, hacer una lectura cruzada, apreciar las continuidades y rupturas. En interés de la ginecología natural (ámbito de aplicación tradicional de Alchemilla vulgaris), se destaca la analogía entre la gota en la hoja y el feto en el #útero. Mis ojos, desde el primer encuentro con la planta, han visto una «gota de placer» que quiero lamer….
En los acuerpamientos individuales y grupales en LA ALKIMILA nos hemos llevado el agua de Alquimila al ombligo, al cuidado de las cicatrices por endometriosis y los viajes acompañados al interior. «Perlas del inframundo» es el nombre que hace confluir las interpretaciones celestiales de les alquimistes y la herbolaria popular con la sabiduría botánica sobre humedad atmosférica y aumento de presión radicular (no es sólo rocío lo que vemos en las hojas). Y luego está esta historia basada en la antigua mitología nórdica, que describe cómo la deidad del amor y la guerra, la fertilidad, la muerte y la magia, Freya, obtiene su valioso collar de Brisingamen a través de una conexión (sexual) con los enanos de la cueva en la que se adentra, quizás, en línea con mitos mucho más antiguos de descendencia divina…
¿Te tienta escucharla?
Como lectura para entrar en sintonía con la CÁPSULA AUTOGUIADA de la sentada herbal, recomiendo el ensayo ¿Qué es el Inframundo?, publicado en wimblu.com por Sophie Strand.