Semillas de girasol entre guerras & el deseo de marujear

“De entrada,

vamos a ser juntas “para tanto” y para más

yo te acompaño

(yo somos muchas).

Y vamos a enseñarle a Platón lo que sí es amar

que ame bonito y en salmuera de caricias

y acabarán llamándole “amor nuestro”

amor de cocina, de lumbre, de azulejo

amor intenso sediento de la mamen

amor de calmar la sed, amor

amor de cerca, amor de casa y de las cosas

amor que hace temblar al sistema

de los muertos.

Amar mamar mamen, lo sagrado,

lo que une,

el fuego de la verdad que custodiamos

en plazas, en bragas, en artículos

y en besos de, por fin, besos.

De “a estos besos me podría acostumbrar”,

dedos indistintos marinando

en bocas desarmadas que se licuan.”

(Fragmento de mamen macera, en playamedusablog.wordpress.com)

En mi propia confusión sobre cómo crear espacio (en mi cabeza, en mi corazón, en LA ALKIMILA) para la anticipación por una nueva edición primaveral del taller MARUJAS, EXQUISITAS & FEMINISTAS* en un momento en que amenazan con guerra nuclear, me sorprende y me conmueve encontrar una conexión muy clara entre nuestro marujeo de la primavera pasada y el día de hoy.

El casco militar bordado de Severija Inčirauskaitė apareció en una reunión de marujeo en abril de 2021, mientras seguíamos la invitación de la carpintera Iraia Mir a bordar en madera, reivindicando la carpintería para las marujas y ampliando los límites del bordado al incluir la madera.

Con Pensamientos, Rosas, Margaritas y otras flores bordadas en las perforaciones del metal, Severija Inčirauskaitė fusiona lo duro y oxidado con lo suave y colorido. Su trabajo apareció mientras charlamos sobre las sensaciones de resistencia y alegría al rendirnos al impulso de bordar flores en los soportes duros, actualizando nuestra relación con las flores como “motivo adecuado para el arte femenino”, lo cual animó a Playa Medusa a escribir mamen macera, texto del que se ha incluido un fragmento para introducir este intento de crear una narrativa, en la que mi confusión se convierta en curiosidad, en una historia de la vida que devuelve importancia a la cotidianidad, el marujeo, el compañerismo con plantas.

Con Kill for Peace (2016), Severija Inčirauskaitė presenta cascos auténticos de numerosas guerras,

incluida la Primera y la Segunda Guerra Mundial, Yugoslavia y Ucrania…

“El delicado bordado decorativo cuestiona la interacción entre la violencia humana y la armonía, enfrentadas cara a cara”, leo en una crítica y me hace pensar en La teoría de la bolsa como origen de la ficción de Ursula K. Le Guin que, de todos modos, quería proponer como guía para el taller de las marujas de esta primavera:

Si algo que hacen los humanos es poner algo que desean, porque es útil, comestible o hermoso, en una bolsa, una canasta, o un trozo de corteza u hoja enrollada, o una red tejida con tu propio cabello o con lo que tengas, y luego te lo llevas a casa contigo, y entonces el hogar es otro tipo de bolsa o bolsa más grande, un contenedor para personas, y luego sacas lo que recogiste y lo comes o lo compartes o lo guardas para el invierno en un contenedor de soldados o lo pones en el atado de medicinas o en el santuario o en el museo, el lugar sagrado, el área que contiene lo que es sagrado, y luego, al día siguiente, probablemente hagas lo mismo nuevamente— si hacer eso es humano, si eso es lo que se necesita, entonces soy un ser humano después de todo. Totalmente, libremente, alegremente, por primera vez.

No, digámoslo inmediatamente, un ser humano no agresivo o no combativo. Soy una mujer mayor enojada que fue poderosamente tirada al piso, ahuyentando a golpes con su bolsa de mano a los matones. Sin embargo, ni yo, ni nadie más, me considera heroica por hacerlo. Es solo una de esas malditas cosas que tienes que hacer para poder seguir recolectando avena salvaje y contar historias.

Es la historia la que marca la diferencia.

Es la historia que me ocultó mi propia humanidad, la historia que los cazadores de mamuts contaron sobre embestidas, empujes, violaciones, asesinatos, sobre el Héroe. La maravillosa y venenosa historia del botulismo. La historia asesina. A veces parece que esa historia se acerca a su fin. Para que no sea cosa de que dejen de contarse historias, algunos de nosotros aquí en la avena salvaje, en medio del maíz alienígena, creemos que sería mejor comenzar a contar otras, con las que tal vez la gente pueda seguir cuando la vieja historia esté terminada. Tal vez. El problema es que todxs nos hemos permitido convertirnos en parte de la historia asesina, por lo tanto, podemos terminar junto con ella.

Por eso es que es con cierto sentimiento de urgencia que busco la naturaleza, el tema, las palabras de la otra historia, la no contada, la historia de la vida.

No es familiar; no llega fácil ni automáticamente a los labios como lo hace la historia asesina; pero, aun así, decir que “no ha sido contada” fue una exageración. Las personas han estado contando la historia de la vida durante siglos, en todo tipo de palabras y formas. Mitos de creación y transformación, historias de embaucadores, cuentos populares, chistes, novelas …

… y momentos de marujeo.

Vuelvo a mirar el casco.

Destaca la asociación y el uso de las flores como símbolo de las protestas por la paz, la resistencia, la vida.

En estos días es el Girasol la flor elegida.

El Girasol cuenta como símbolo del sol, de la luz, la vida, la fertilidad, el amor, la alegría y la sabiduría. Pero, también, ha sido usada como símbolo de poder, riqueza, devoción y lealtad por distintos gobernantes: por ejemplo, el “Rey del Sol” Luis XIV, quien, en el cenit de su poder, hizo acuñar monedas con soles y girasoles. El movimiento hippie convirtió estas flores en un símbolo de libertad, apertura, unidad. etc.

El nombre botánico Helianthus se deriva de las palabras griegas helios para «sol» y anthos para «flor». Por lo tanto, el girasol se asocia a menudo con una historia de la mitología griega:

Érase una vez, la ninfa Clitia se enamoró del dios del Sol, Helios quien la despreció. Durante nueve días, Clythia se sentó desnuda sobre una roca, lamentando su angustia, observa el carro solar de Apolo. Se convierte en una flor de color marrón amarillento, en un «Girasol», que desde entonces siempre gira su flor hacia el sol (el carro del sol de Apolo).

Los Girasoles crecen más rápido en el lado sombreado, lo que hace que la flor se incline hacia el sol, que siga la trayectoria del sol,

y por la noche se alinea nuevamente hacia el este (hacia el amanecer).

Dado que la especie vegetal a la que se llama Girasol proviene de territorios que hoy se conocen como las Américas, la planta de la mitología debe haber sido otra diferente, porque no crecía en la Antigua Grecia. Se considera originario del sur de Canadá (Alberta, Columbia Británica, Manitoba, Saskatchewan), todos los estados de Estados Unidos y los estados mexicanos de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas. Para los aztecas y otomíes en México, y los incas en el Perú, el girasol fue un símbolo de la deidad del Sol.

Helianthus annuus,

“llamado comúnmente girasol, maravilla, mirasol, maíz de teja, acahual (del náhuatl atl, agua y cahualli, dejado, abandonado) o flor de escudo (del náhuatl chimali, escudo y xochitl, flor)”, dice la WIKIPEDIA en español: “existen registros de su domesticación y cultivo alrededor del 2.500 a.C. en México.” Estos cultivos se encontraron en Tabasco, México, en el sitio de excavación de San Andrés. Los primeros ejemplos conocidos en los Estados Unidos de un girasol completamente domesticado se han encontrado en Tennessee y datan de alrededor del 2300 a.C.

Etnobotánica y antropología:

«en Sonora se usa en diversas enfermedades como pleuresía, resfriado, catarro, para las llagas, heridas, trastornos nerviosis, dolor de cabeza, y en Veracruz se indica para las reumas. En la mayoría de los casos se recomienda emplear el tallo. Sin embargo, para aliviar las reumas se aconseja hacer una maceración en alcohol de las semillas y con esto friccionar las partes afectadas.” (Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana)

Calidad de la planta: caliente.

En varias fuentes leo sobre las semillas de Girasol como un alimento sagrado para distintos pueblos indígenas de las Grandes Llanuras de Norteamérica, rindiendo culto a sus virtudes medicinales y nutritivas, pues, es una planta divina que representa el sol.

“Las semillas de Girasol fueron traídas a Europa por marineros españoles en 1552, donde inicialmente se cultivaron como planta ornamental. Uno de los primeros libros sobre plantas que informa sobre la planta como ‘Gran girasol indio’ o ‘Flos Solis Peruvianus’ es el herbario de Pietro Andrea Mattioli de 1590.” (WIKIPEDIA alemán) Con el tiempo, las semillas de Girasol, junto con su aceite, también en Europa se convirtieron en un ingrediente muy común de cocina, como aceite portador y para producir margarina, biodiesel…

Esta semana, las semillas de Girasol tomaron un significado diferente: en un video que se volvió viral, aparentemente se escuchó a una mujer ucraniana decirle a un soldado ruso armado algo así como:

“Toma estas semillas y ponlas en tu bolsillo para que crezcan Girasoles aquí cuando mueras”.

(BBC News)

El Girasol como flor nacional de Ucrania se está convirtiendo en la flor elegida como símbolo aparentemente universal(izable) de resistencia, solidaridad, esperanza. Gente de todo el mundo están agregando emojis de girasoles a sus perfiles de redes sociales, personas públicas llevan girasoles en el cabello y en la ropa etc. “Algunos están plantando semillas para que crezcan más girasoles.” (The Washington Post)

“En todo el mundo, las flores han acompañado a los y las manifestantes como una forma de contrarrestar la agresión estatal/policial y la guerra… también se han llevado en solidaridad con las naciones y los pueblos oprimidos. Las flores son un símbolo de resistencia silencioso en la línea de protesta.” (Center for Plants & Culture)

¿Qué sucede al convertir un ser vegetal en un símbolo (de resistencia)?

¿Es silencioso el Girasol? ¿Cómo ha sido silenciado?

Tan pronto como comenzó la guerra, se hizo público el aumento de los precios del trigo. Todavía no he escuchado anda parecido sobre el Girasol… Ucrania ha sido un país con un vasto cultivo de Girasoles (para su posterior procesamiento y exportación). Por otro lado, en la agricultura comercial que cultiva plantas distintas del Girasol, el Girasol silvestre a menudo se considera una maleza, y las malas hierbas son las protagonistas vegetales de la edición de primavera del taller MARUJAS, EXQUISITAS & FEMINISTAS*.

¿Cómo nos acercarmos a ellas? ¿Qué hacen por nosotras? ¿Qué podemos hacer por ellas?

¿Y qué nos enseñan sobre la resistencia?

¿Es posible, como seres humanos, desarrollar complicidad recíproca con las malas hierbas? Complicidad de cómplice, del latín complex, que refiere a quien expresa o siente solidaridad o camaradería para con otra persona. ¿Es de esto que trata la Herbolaria Experiencial? ¿Y qué conexiones encontramos entre flores, malas hierbas & la figura de la maruja?

Mucho sobre lo que marujear…

… ahora sí, con alegría, ganas y sin dudar de la importancia de este taller como contenedor para las otras historias, las de la vida.